¿Qué es el daño cerebral?
El daño cerebral adquirido (DCA) es definido como un daño repentino en el
cerebro por causas externas mecánicas (traumatismos craneoencefálicos
o TCE) o internas. Cuando las fuerzas son externas el cerebro puede ser
dañado directamente por un objeto penetrante que atraviesa el cráneo, como al
recibir un disparo de bala (lesión abierta), o que la cabeza reciba un golpe
tan violento que haga que el cerebro choque con las paredes internas del cráneo
(lesión cerrada). Las causas de daño cerebral de origen interno más comunes son
los accidentes cerebrovasculares (hemorragia o bloqueo de una arteria cerebral)
parada cardiaca (interrupción del suministro de oxígeno al cerebro), tumor (crecimiento
anormal de células cerebrales).
¿Le ocurre a mucha gente?
Las lesiones cerebrales son relativamente frecuentes. Casi 4 de cada 1000
personas sufren algún tipo de daño cerebral adquirido a diferencia de las 4 por
100.000 que sufren una lesión medular o las 10 por 100.000 que sufren parálisis
cerebral. Las lesiones cerebrales internas ocurren a un 2-3 por 1000 de la
población y su frecuencia aumenta con la edad. La lesión cerebral de origen
interno más común es el infarto cerebral sin embargo este ocurre generalmente a
personas mayores de 50 años y en muchos casos mayores de 70. Factores de riesgo
para lesiones cerebrales de origen interno, son el nivel alto de colesterol,
fumar, tensión arterial alta, consumo excesivo de alcohol etc.
Las lesiones cerebrales de origen externo (TCE) son bastante frecuentes (una de cada 1000 personas es hospitalizada por un traumatismo cráneo encefálico). Este tipo de lesiones afecta a personas de todas las edades aunque los jóvenes (15 a 24 años) son más susceptibles a sufrir lesiones cerebrales porque son más propensos a tener caídas y golpes en juegos y deportes y más susceptibles a ser imprudentes conduciendo.
Las causas más frecuentes de daño cerebral varían según los estudios, los países y culturas, aunque en todos los estudios la causa número uno de traumatismo cráneo encefálico es el accidente automovilístico. Aproximadamente el 70% de los TCE se producen por accidentes de circulación. En una gran parte de ellos están involucrados el consumo de alcohol y el no llevar el cinturón de seguridad.. Otras causas frecuentes de TCE son las caídas, las agresiones y, en los niños, las caídas de bicicletas.
Las lesiones cerebrales de origen externo (TCE) son bastante frecuentes (una de cada 1000 personas es hospitalizada por un traumatismo cráneo encefálico). Este tipo de lesiones afecta a personas de todas las edades aunque los jóvenes (15 a 24 años) son más susceptibles a sufrir lesiones cerebrales porque son más propensos a tener caídas y golpes en juegos y deportes y más susceptibles a ser imprudentes conduciendo.
Las causas más frecuentes de daño cerebral varían según los estudios, los países y culturas, aunque en todos los estudios la causa número uno de traumatismo cráneo encefálico es el accidente automovilístico. Aproximadamente el 70% de los TCE se producen por accidentes de circulación. En una gran parte de ellos están involucrados el consumo de alcohol y el no llevar el cinturón de seguridad.. Otras causas frecuentes de TCE son las caídas, las agresiones y, en los niños, las caídas de bicicletas.
¿Cuáles son las consecuencias de una
lesión cerebral?
La consecuencia más grave de la lesión puede ser la muerte. Afortunadamente
en cuanto a Traumatismos Craneoencefálicos (TCE) se refiere sólo 30 de cada
100.000 mueren. El 50% de los que mueren lo hacen en las dos primeras horas
después del accidente. Una buena intervención médica en los primeros momentos
es crucial porque puede incrementar las posibilidades de supervivencia de una
manera significativa y además aumenta el nivel posterior de recuperación.
Es normal que una persona que haya sufrido una lesión cerebral ingrese en el hospital en un estado de coma. Dependiendo de la severidad de la lesión el coma puede resolverse rápidamente o más lentamente. Una vez superado el coma se produce una fase de recuperación de las funciones cerebrales que han sido afectadas. No todos los pacientes llegan a recuperar su nivel de funcionamiento inicial. Algunas personas tienen graves secuelas durante toda la vida que les afecta todas las áreas del funcionamiento, otros tienen una recuperación casi total de unas funciones y, sin embargo, otras funciones quedan dañadas para siempre. Otros, más afortunados tienen una recuperación casi milagrosa.
Cualquier lesión cerebral puede producir una alteración de las funciones cerebrales que pueden provocar déficits físicos, cognitivos, emocionales y sociales. Las lesiones internas provocadas por aneurismas, infartos y tumores suelen provocar unas lesiones bien delimitadas que afectan generalmente a un área específica del cerebro. Cada parte del cerebro se encarga principalmente de unas pocas funciones motoras sensoriales y mentales, por ello estas lesiones pueden provocar alteraciones muy concretas en el funcionamiento, como incapacidad para hablar (afasia), parálisis en una mitad del cuerpo (hemiplegia).
Los TCE suelen provocar déficits más generales ya que la totalidad del cerebro se suele ver afectada por el impacto o por la posterior inflamación cerebral. Puede haber una pérdida o disminución de las capacidades motoras y sensoriales. Pérdida de atención, memoria, orientación espacial y temporal, disminución en la comprensión abstracta son algunos de los déficits cognitivos más comunes. Entre las alteraciones emocionales y del comportamiento la depresión, la apatía, la desinhibición y la agitación son comunes. Todas estas alteraciones suelen reflejarse en un deterioro de las relaciones sociales que la persona mantenía antes del accidente.
Es normal que una persona que haya sufrido una lesión cerebral ingrese en el hospital en un estado de coma. Dependiendo de la severidad de la lesión el coma puede resolverse rápidamente o más lentamente. Una vez superado el coma se produce una fase de recuperación de las funciones cerebrales que han sido afectadas. No todos los pacientes llegan a recuperar su nivel de funcionamiento inicial. Algunas personas tienen graves secuelas durante toda la vida que les afecta todas las áreas del funcionamiento, otros tienen una recuperación casi total de unas funciones y, sin embargo, otras funciones quedan dañadas para siempre. Otros, más afortunados tienen una recuperación casi milagrosa.
Cualquier lesión cerebral puede producir una alteración de las funciones cerebrales que pueden provocar déficits físicos, cognitivos, emocionales y sociales. Las lesiones internas provocadas por aneurismas, infartos y tumores suelen provocar unas lesiones bien delimitadas que afectan generalmente a un área específica del cerebro. Cada parte del cerebro se encarga principalmente de unas pocas funciones motoras sensoriales y mentales, por ello estas lesiones pueden provocar alteraciones muy concretas en el funcionamiento, como incapacidad para hablar (afasia), parálisis en una mitad del cuerpo (hemiplegia).
Los TCE suelen provocar déficits más generales ya que la totalidad del cerebro se suele ver afectada por el impacto o por la posterior inflamación cerebral. Puede haber una pérdida o disminución de las capacidades motoras y sensoriales. Pérdida de atención, memoria, orientación espacial y temporal, disminución en la comprensión abstracta son algunos de los déficits cognitivos más comunes. Entre las alteraciones emocionales y del comportamiento la depresión, la apatía, la desinhibición y la agitación son comunes. Todas estas alteraciones suelen reflejarse en un deterioro de las relaciones sociales que la persona mantenía antes del accidente.
¿Qué secuelas de la lesión tendrá mi
familiar?
Es difícil determinar el nivel de recuperación de un paciente porque hay
factores que intervienen en el proceso que todavía no entendemos. Como regla
general cuanto más grave sea la lesión peor es el pronóstico. La cantidad de
cerebro dañada por un tumor, una hemorragia, un objeto penetrante pueden ser
observadas a través de un escáner o una resonancia y pueden indicar la gravedad
de la lesión. En los casos en los que el daño no está localizado el nivel de
consciencia al ingresar, tiempo de permanencia en coma, y duración de la
amnesia pos traumática son los mejores indicadores de la gravedad de la lesión.
Otro de los factores que puede influir en la recuperación es el nivel de funcionamiento previo a la lesión. Si una persona era muy inteligente o deportista es común que llegue a una mejor recuperación ya que esa riqueza física y mental puede cubrir, en parte, las facultades perdidas.
Sin embargo el cerebro nos sorprende de vez en cuando y personas con lesiones severas pueden llegar a funcionar mejor que personas con lesiones leves.
Otro de los factores que puede influir en la recuperación es el nivel de funcionamiento previo a la lesión. Si una persona era muy inteligente o deportista es común que llegue a una mejor recuperación ya que esa riqueza física y mental puede cubrir, en parte, las facultades perdidas.
Sin embargo el cerebro nos sorprende de vez en cuando y personas con lesiones severas pueden llegar a funcionar mejor que personas con lesiones leves.
¿Qué puedo hacer para mejorar la
recuperación de una persona querida?
La mejor forma de ayudar
a una persona querida a superar la lesión es ayudarle a entrar en un programa
de rehabilitación especializado en el daño cerebral. En muchos países la
estructura sanitaria no contempla este tipo de centro y es difícil conseguir
que nuestro familiar sea aceptado en uno de los pocos centros que hay y a veces
imposible afrontar los costes económicos de los centros privados. En cualquier
caso la perseverancia, el mostrar interés y determinación pueden abrir las
puertas de entrada a un programa de rehabilitación que pensábamos estaban
cerradas. Es una situación en la que todos los esfuerzos que hagamos pueden
merecer la pena y ayudar mucho a nuestro familiar. En estos centros se
proporciona la atención farmacológica adecuada y también se proporcionan
servicios de terapia cognitiva, física, del habla, ocupacional que pueden
significar una gran diferencia en la recuperación final de nuestro familiar.
Como familia debemos prepararnos para atender y responder a las necesidades y conductas de nuestro ser querido, sobre todo una vez el paciente se reintegre en la vida familiar. Estar informado y aconsejado puede ser la mejor manera de prepararse. Esta preparación nos permitirá anticipar problemas o saber afrontarlos de una manera más adecuada y beneficiosa para el miembro de nuestra familia que ha sufrido la lesión. En esta fase el paciente necesita todo nuestro apoyo y cariño y estar preparado puede ser el mejor método para evitar conflictos y preocupaciones innecesarias y centrarnos en aportar nuestro gran grano de arena a la recuperación y bienestar de nuestro ser querido.
Como familia debemos prepararnos para atender y responder a las necesidades y conductas de nuestro ser querido, sobre todo una vez el paciente se reintegre en la vida familiar. Estar informado y aconsejado puede ser la mejor manera de prepararse. Esta preparación nos permitirá anticipar problemas o saber afrontarlos de una manera más adecuada y beneficiosa para el miembro de nuestra familia que ha sufrido la lesión. En esta fase el paciente necesita todo nuestro apoyo y cariño y estar preparado puede ser el mejor método para evitar conflictos y preocupaciones innecesarias y centrarnos en aportar nuestro gran grano de arena a la recuperación y bienestar de nuestro ser querido.
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